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1905: Nace la Agencia Mexicana de Patentes y Marcas.
México era un país en pleno auge industrial, comercial y empresarial y la capital era su centro neurálgico. Carlos Uhthoff, un joven mexicano de origen alemán, decidió participar activamente en la atmósfera de vitalidad que se vivía en el México de principios del siglo pasado ofreciendo sus servicios de protección de invenciones y creaciones a los investigadores, científicos, empresarios, industriales e intelectuales, tanto en la República Mexicana como en todo el mundo.
Con esta visión, Carlos Uhthoff fundó la Agencia Mexicana de Patentes y Marcas y estuvo a cargo de la misma durante los siguientes 27 años.
Durante los últimos años ya trabajaba también en la Agencia, su hermano Javier. El fue quien continuó con la labor de Carlos y tomó las riendas, impulsándola con férrea disciplina y atención personalizada al cliente. Las condiciones de estabilidad y consolidación institucional que se estaban logrando en el país, además del apoyo al sector industrial, hicieron que don Javier sumara una perspectiva más: la internacionalización de la firma.
Los años cuarenta se definieron en México como los años en donde la industria suplantó a la agricultura y la estimulación de la iniciativa privada empezó a ser prioridad gubernamental. Estaba en apogeo la Segunda Guerra Mundial, lo que significó el crecimiento de la demanda de bienes y servicios mexicanos que imprimieron un dinamismo extraordinario a su economía. La Agencia Mexicana de Patentes y Marcas estaba también en pleno impulso y siguió creciendo.
De Agencia Mexicana de Patentes y Marcas a Javier Uhthoff y Compañía: una firma que expande sus filas.
A principios de 1946, una importante firma neoyorkina, Langer, Parry, Card & Langer, contactó a Javier Uhthoff y él aceptó representarlos en México. Esta relación prosperó en un sólido vínculo profesional que habría de durar hasta nuestros días. De esta manera, la aspiración de don Javier de promover el trato de la firma con el extranjero se hizo realidad y además, de una manera intensa.
Dos años después, en 1948, tiempo después de que la Segunda Guerra Mundial hubiera terminado, don Javier se encargó personalmente de contactar a los que detentaban los derechos de propiedad industrial que él se había encargado de mantener durante los años de guerra y les fue restituyendo a cada uno sus patentes y marcas.
Ese mismo año don Bernardo Gómez Vega ingresó a trabajar con don Javier. Gómez Vega era un personaje peculiar, pues antes de trabajar en un despacho de abogados siendo todavía estudiante, había desempeñado los más diversos trabajos: desde extra de cine hasta bailarín de teatro.
Era, como se dice, todo un bohemio. Pero cuando empezó a ejercer su profesión se dedicó totalmente a ella. Antes de entrar al despacho trabajaba en el Banco General de Capitalización como pasante, poco tiempo antes de recibirse en 1942. Cuatro años después se convertiría en socio de la firma. Como consecuencia de este cambio en la configuración de la agencia, ambos deciden adoptar el nombre de Javier Uhthoff y Compañía. Esto significó el primer paso hacia la manera en como actualmente la firma está estructurada, el germen propicio para que las gestiones ya no recayeran en una sóla persona.
Ese mismo año, Alejandro Uhthoff Julvecourt, hijo de don Javier, entró a trabajar al despacho como pasante. Ahí se quedaría toda su vida.
Javier Uhthoff y Compañía se convierte en Uhthoff, Gómez Vega & Uhthoff.
En 1963, Alejandro fue nombrado socio y con ello, se reconfiguró la estructura del despacho y se adoptó el nombre que actualmente tiene: Uhthoff, Gómez Vega & Uhthoff. En 1968, Uhthoff, Gómez Vega & Uhthoff seguía creciendo, por lo que decidieron cambiar de domicilio. La calle de Hamburgo, en plena Zona Rosa, se convirtió en su nueva dirección. En el número 260, la firma construyó un edificio que se adecuaba perfectamente a sus necesidades de trabajo. Alejandro Uhthoff Julvecourt y don Bernardo Gómez Vega se convirtieron entonces en las dos cabezas que junto con el licenciado Björn Vadillo y Alfredo Cortés, decidían sobre los pormenores del día a día y llevaban la relación directa con los clientes.
Fue en estos años que de manera paulatina comenzó en Uhthoff, Gómez Vega & Uhthoff un largo proceso de institucionalización.
En efecto, poco a poco el despacho se iba transformando, dejaba de ser una empresa familiar pues las decisiones empezaban a ser responsabilidad de cada área específica y se modificaba su estructura formal, misma que estaba tripulada por un creciente número de abogados y especialistas que de manera continua se incorporaban a la firma para hacer frente a la demanda de servicios de los nuevos clientes. Cuando faltaron don Javier y don Alejandro, y don Bernardo ya retirado, los socios con más antigüedad, es decir, los licenciados Roberto Young, Manuel Soto, Mario Ponce, Javier Uhthoff, Horacio Rangel, Consuelo González y Carlos Uhthoff formaron un Consejo Directivo que de manera natural dió curso y continuidad a los quehaceres de la firma y que, también se dió a la tarea de definir sus perspectivas a futuro.
Desde el año 2000, la estructura del despacho incluye formalmente una área dedicada exclusivamente a Derecho Corporativo que ofrece una serie de servicios que incluyen constitución, manejo, reestructuración, fusiones y mantenimiento de sociedades de todo tipo, contratos relacionados con su operación y un sinnúmero de asuntos que los clientes requieren en este campo específico del derecho.
Si vivimos en una época en la que la competencia fracciona los mercados,Uhthoff, Gómez Vega & Uhthoff tiene muy claro su objetivo: mantenerse como la firma más grande en materia de propiedad industrial en México y una de las más importantes en América Latina. ¿Cómo? Siguiendo su más alta prioridad: la excelencia en la atención al cliente.
Para ello, ha ido reforzando aquellos campos a los que se ha dedicado desde su fundación y ha ido desarrollándose hacia otras áreas del Derecho. Si la mayoría de los abogados y despachos más importantes en propiedad industrial en nuestro país se formaron profesionalmente en Uhthoff, Gómez Vega & Uhthoff, para el Consejo Directivo es indispensable seguir manteniendo la excelencia legal y técnica que la firma ha sabido inculcar y transmitir.
Cada mes se realizan en sus oficinas conferencias internas sobre asuntos de actualidad y trascendencia en diversos campos de la propiedad industrial, reuniones a las que todo el personal está llamado a asistir.
Es así como Uhthoff, Gómez Vega & Uhthoff está haciendo frente a los retos que continuamente se plantean. Así como es flexible para poder transformarse y seguir creciendo, es certero con respecto a lo que más le interesa: atender a sus clientes con un servicio de la más alta calidad, cumpliendo y excediendo siempre sus expectativas. Para esto, el despacho ha diversificado sus servicios, capacita permanentemente a su personal, propicia una comunicación estrecha entre sus ejecutivos y sus clientes; e, internamente, se preocupa por la armonía y el bienestar de sus empleados, porque es la gente la que finalmente hace posibles los logros.